Estos turrones harán las delicias de los más chocolateros de la casa ya que en un solo bocado encontraremos diferentes texturas muy interesantes. La fina y crujiente capa exterior de chocolate negro cubre un interior trufado que se funde en la boca y que contrasta estupendamente con las crujientes Bolitas de Quinoa Hinchada
Troceamos 50 gramos del chocolate negro en trozos pequeños y rallamos o picamos finamente los 25 gramos restantes. Fundimos los 50 gramos al baño María, retiramos del fuego, añadimos el chocolate rallado y removemos enérgicamente hasta que se funda todo. Cubrimos la base y las paredes de nuestro molde para turrón con este chocolate y dejamos enfriar en la nevera hasta que endurezca. Reservamos el chocolate que nos haya sobrado para después.
Para preparar el relleno derretimos en un cazo mediano al baño María la manteca de cacao / coco , retiramos del fuego inmediatamente y añadimos el jarabe de arce, el cacao en polvo y el azúcar , removiendo bien con unas varillas hasta obtener una mezcla homogénea y brillante. En el mismo recipiente añadimos las bolitas de quinoa y mezclamos con una cuchara de madera.
Vertemos el relleno en el molde preparado anteriormente y devolvemos al frigorífico.
Mientras el relleno endurece caramelizamos el sésamo: en una sartén ponemos tres cucharadas de azúcar y una cucharada de agua. Vamos removiendo hasta que la mezcla empiece a hervir. Retiramos del fuego inmediatamente y añadimos el sésamo, removiendo con una cuchara de madera para que se reparta y se impregne bien. Ponemos de nuevo la sartén al fuego y seguimos removiendo hasta que el sésamo quede caramelizado, teniendo mucho cuidado de que el caramelo no se queme. Dejamos enfriar sobre un papel sulfurizado, extendiendo bien las semillas de sésamo para que no se aglomeren.
Sacamos el turrón de la nevera, cubrimos con el chocolate fundido que nos sobró en el primer paso y espolvoreamos con el sésamo. Por último lo dejamos endurecer en la nevera durante toda la noche antes de desmoldarlo.
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