En nuestras consultas de dietista es muy común escuchar una de estas expresiones: “No puedo seguir una dieta porque tengo ansiedad y siempre estoy picando”.
Pero, ¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué al sentir ansiedad la calmamos con comida?
Sentir ansiedad es una señal de que llevamos demasiado tiempo sin escuchar las necesidades de nuestro cuerpo-mente (estrés, saturados de alimentos que tienen «mono», etc…) . Y el síntoma, entonces, aparece como una llamada de auxilio para que así, podamos devolver la mirada hacia nosotros mismos y cubrir nuestras carencias.
Si no tenemos las herramientas necesarias para gestionar esta emoción (física y química), puede desembocar en que estemos constantemente picoteando.
Del sofá a la cocina, de la cocina al sofá, abriendo los armarios para ver qué podemos comer. Un poquito de chocolate, un poquito de pan, un poquito de queso, un poquito de…
Y ese poquito a poco se va convirtiendo en un lastre que pesa y no nos deja avanzar en conseguir aquellos propósitos que queremos alcanzar.
El problema en sí, no son los alimentos que ingerimos, sino que el problema aparece cuando no sabemos escuchar el mensaje que la ansiedad tiene para nosotros, porque lo tapamos con comida.
Es importante que tomemos consciencia de si la ansiedad por comer es algo pasajero, como por ejemplo, puede ocurrir en momentos de cambio, como durante el embarazo y la lactancia, épocas de exámenes, etc. O es algo que lleva conviviendo con nosotros desde hace ya mucho tiempo.
Aunque no nos consideremos comedores compulsivos, porque no nos demos grandes atracones, no debemos darle menos importancia de la que se merece. El hambre emocional es una respuesta a carencias internas, de las cuales debemos responsabilizarnos.
¿Qué hay detrás de la ansiedad?
Los factores que provocan este sensación pueden ser varios:
Mala relación con uno mismo
¿Te has preguntado alguna vez cómo te hablas? ¿Cuánto eres de exigente contigo mismo? ¿Qué tiempo te dedicas exclusivamente para ti? ¿Cómo te demuestras afecto? Estas son preguntas claves para comprender cómo es la relación con uno mismo.
Si la mayoría de las veces que me escucho, oigo una voz crítica con creencias negativas sobre mí mismo. Si siento que nunca soy suficiente. Si no me dedico tiempo de calidad. Si estoy desconectado de las señales de mi cuerpo… No es de extrañar que la ansiedad venga a visitarnos.
Cuando aparece, la comida tiene la función de distraernos, despejarnos de nuestra alborotada mente que siempre espera más y nunca está satisfecha de cómo somos.
Altos niveles de estrés
El estrés es una respuesta natural de nuestro cuerpo para prepararnos ante una situación compleja. Nos ayuda a aumentar nuestra concentración, motivación y energía. Por lo tanto, el estrés en sí es bueno.
Pero, ¿qué ocurre cuándo el estrés nos acompaña día tras día? La hormona del cortisol pasará a estar en grandes cantidades en nuestro organismo, generando así, efectos negativos.
Nuestro cuerpo-mente, lo interpretará como un peligro y la ansiedad se activará. En la comida encontraremos un refugio, un desasosiego, un momento en el que dejaremos de luchar para sentirnos en paz.
Dificultades en las relaciones interpersonales
Si nos cuesta expresar lo que sentimos, ser asertivos, decir aquello que necesitamos del otro… Puede desencadenar en un estado ansioso, donde siento que nunca recibo aquello que espero y quiero. Interpretando así, mi entorno como hostil.
Es entonces cuando la comida juega un papel importante, enmascarando conflictos a los cuales no quiero/puedo hacerles frente y sintiendo un alivio que con las personas de mi entorno y conmigo mismo no encuentro.
Insatisfacción con mi vida
Como comentábamos anteriormente, el ansia por comer es una señal de nuestro cuerpo-mente, indicando que algo no va bien. A veces, puede responder a una insatisfacción con mi vida, no sentirme lleno, realizado…
Estar estancado en una rutina donde no nutro todas mis hambres, puede acabar en que recurra a la comida para sentirme lleno y satisfecho.
Si eres de los que comes dulce… ¿cuántos momentos dulces tienes en tu día a día? Si eres de los que comes salado… ¿a cuántos retos, nuevas actividades… te enfrentas en este momento de tu vida?
Comer por ansiedad y dieta
Si ponemos en el buscador de google, hambre y dieta, encontraremos muchas páginas que indican “lucha contra el hambre” “controla tu hambre”. Haciéndonos creer que el control es una buena herramienta para acabar con mi ansiedad.
Y no, no se trata de controlar nuestra hambre, o de luchar en contra de ella. Sino más bien, todo lo contrario. Necesitamos escuchar nuestras señales internas y nutrirlas de otras formas que no sean tan sólo con comida.
Un porcentaje elevado de personas que comen emocionalmente, están cansados de hacer dietas una y otra vez, pensando que no logran alcanzar sus objetivos porque les falta fuerza de voluntad. Incluso muchos profesionales de la salud llegan a pensar que un obeso lo es porque es perezoso y no tiene la suficiente valía como para cambiar sus hábitos.
Y nada más lejos de la realidad, investigaciones rigurosas fallan a la hora de demostrar que la obesidad es consecuencia directa de la pereza o falta de fuerza de voluntad.
Es aquí cuando se nos plantea una cuestión: entonces, ¿la dieta no es la solución?
Podemos decir que la dieta no es lo único que debemos tener en cuenta. Y es más, a veces, me atrevería a decir, que una dieta restrictiva, puede resultar ser el problema. Causando que muchas personas, con la esperanza de volver a recuperar el control de sus vidas y su salud física, tengan etapas de restricción, causando, más tarde etapas de descontrol. Entrando en un bucle peligroso, en el que la culpa se haya como protagonista.
Por lo tanto, podemos indicar que las dietas restrictivas, aumentan considerablemente las probabilidades de comer de manera emocional. Es por eso tan importante que elijas una buena dietista-nutricionista
Una dieta restrictiva, un plan detox, o cualquier otra dieta donde hayan alimentos prohibidos puede desencadenar en:
- Culpa
- Frustración
- Ansiedad por comer
- Ciclos de restricción-atracón
La importancia de elegir a tu dietista-nutricionista
Si estás pensando en pedir ayuda para empezar a cambiar hábitos y tienes hambre emocional, asegúrate de que:
- El profesional, tiene nociones sobre el hambre emocional y cuenta con un equipo multidisciplinar (dietistas y naturistas o técnicas médicas como Quantum, iridiología), para poder derivarte en caso de creerlo conveniente.
- Te pauta una dieta equilibrada, donde no restringe casi ningún tipo de alimento.
- El control no predomina en los cambios de hábitos. El aumento de control está asociado con una mayor probabilidad de comer en exceso y atracones.
Consejos para evitar el ansia por comer
- Busca una recompensa que no esté relacionada con la comida, es decir, focaliza toda tu energía en otras actividades, como por ejemplo: leer, escribir, mirar una película, salir a pasear, nadar… Cuanto más intentes ignorar las ganas de comer por ansiedad, menos te va a costar la próxima vez.
- Mantente hidratado: La sensación de sed se puede confundir con hambre, así que es muy importante mantenernos bien hidratados para que la sed no nos cree ésta necesidad.
- Entrena la fuerza de voluntad: Identifica en qué momento del día te entra esa ansiedad y encuentra otra alternativa más saludable. Comer por ansiedad en un determinado momento del día se puede establecer como hábito, así que es importante identificarlo para poder corregirlo.
- Es importante hacer actividades que ayuden a relajarte, como meditar, hacer respiraciones, yoga, etc. A la hora de comer, es importante que no lo hagas con prisas, tómate tu tiempo y sé consciente de lo que haces.
- Reduce la cantidad de azúcar ya que éste puede producir adicción.
- Fracciona la dieta, come cada 3-4 horas para evitar pasar hambre. La saciedad ayuda a evitar comer de forma emocional.
- Dormir: Descansar menos de lo que te toca puede conducir a un desequilibrio hormonal, afectando a la grelina y la leptina, hormonas que intervienen en la sensación de hambre y saciedad.
- Se deben evitar las dietas restrictivas ya que al existir alimentos prohibidos se puede producir un mayor deseo de comer ese alimento en concreto. Es importante no privarse de los alimentos que más nos gustan, pues su prohibición puede generar ansiedad y, en un momento de debilidad, acabar en atracón. Lo ideal es controlar cantidades y aprender cuando toca y no toca comer estos alimentos en cuestión, antes que restringir su consumo.
- Evita las tentaciones: no tengas en casa esos alimentos no adecuados ya que es la mejor manera de no caer en la tentación de comerlos. Lo ideal es dejarlos para ocasiones especiales como cenas fuera de casa, cumpleaños…
- Practica ejercicio físico, sal a correr, en bici, a pasear, sube escaleras… Te ayudará a estar motivado para seguir una vida saludable y además es una excelente forma de relajar la mente.
Si quieres perder peso, Milhflor es el sitio indicado
En Milhflor tenemos más de 30 años de experiencia en control de peso, por eso podemos ayudarte a adelgazar con seguridad y eficacia.
Para conseguirlo te ofrecemos entre otros, el método Silueta Sana, diseñado por un equipo médico, conducido por nuestras expertas dietistas y suplementado con una gama de complementos alimenticios de reconocida eficacia.
El método Silueta sana Un sistema eficaz para perder peso de forma saludable con una dieta variada y apoyo motivacional.
1.- Un método eficaz, Por la combinación de dietas personalizadas, productos específicos para el control de peso y una Asesora Nutricional que te apoya y asesora
2.- Saludable: Todas las dietas de Silueta Sana están revisadas por un equipo médico de más de 30 años de experiencia que garantiza los aportes nutricionales que tu organismo necesita, para que puedas perder peso con total seguridad.
3.- Con variedad: Evitar el aburrimiento es muy importante, por eso disponemos de menús variados y más de 100 sencillas recetas para que disfrutes comiendo sin complicarte la vida.
3.- Apoyo nutricional: Nuestras dietistas te ayudarán a que no pierdas el entusiasmo
No esperes más, en Milhflor está la solución a conseguir tu objetivo!!!
